Mostrando las entradas con la etiqueta 2005. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta 2005. Mostrar todas las entradas
Entraste finamente,
permeable la mirada
como quien se quita un abrigo
El pudor suplía todavía los excesos
y envuelta en miriñaques
te hincaste temerosa
presta a devorar consejos y acatar órdenes

No tardaron en llegar los sabotajes
suicidio
recelo
el tropiezo crudo y la renuncia al orden
Rumiaste los bordes de lo lícito
-recuerdo glauco de la castidad paciente-

apretada en tu erotismo
entre pliegues, huiste al cáncer

Ya no hay Claudios que perfumen tus oídos
No hay Kapos obedientes que estremezcan

rubia bonita, tan desconocida
(ella se ofrenda ella se entrega)

¡Ay, si no fuera que esa fina intolerancia a la mentira
te previene de perderte en tus ensueños!

Te barría un deseo tosco y repetido
y en la tarde de domingo
despojada de armazones
vos tan mezquina, te confesabas.
¿te confesabas? ¿o acaso te deleitaba
la fantasía de saberte incomprendida?

Tal honor no te ha llegado mi querida
aunque juegues en tus hombres
y las luces de autos
inventen una puerta
entre los espectros móviles
Soy la que te escribo, a vos y a mí
arrinconada entre coihues y radales
una enamorada de los ríos
que imaginara bicicletas y rebotes

me desgloso y aparecés
Ahora que el oficio es mío
y está de moda
el sueño
que por aprendido, se desmaya,
me pongo zapatos vintage
y con el cuaderno azul, de tapa dura
camino ese espacio menguado,
intersticios ambages de una época mágica

Vendo memoria, y con el resto
colecciono pedacitos

Me empacho con panfletos
y aprendo a tipear rápido
Presto flores al doctor y al abogado
juego un numerito a la quiniela
y con tinta heredada
escribo una carta
a la vaca, que estéril
ya es crema chantilly